Matando las penas de un solo trago caí en el llanto de tu olvido, así por arte de magia perdí mis sentidos y tu recuerdo voló a la eternidad. Bohemio yo, me veo en tu indiferencia y en la lirica de tu cuerpo. La estrellada noche fue testigo mudo de mi puro amor, yo presentía la derrota de tu mirada, mi posada aguardaba tu océano y yo como loco penetraba mi pupila en tus niñas. -Ya me voy-, me dices, y yo con el silencio te respondo, ¿hasta el lunes?, pregunta trémula -no creo- respuesta incómoda. Haces trechos en el desierto de la noche y me dices adiós, pero tu rostro alicaído por la soledad se abrasa. ¡Nunca lloré, no lloro, ni lloraré! pero me toco los ojos y líquido amargo brota como riachuelo entre caminos pedregosos, es mi lágrima adormecida por el tiempo. Me doy lástima y seco estos cristales resentidos, su perfume recorre mi aposento y se imprime en mi memoria. Ahora te vas, mendigo tus pensamientos aquí y el amor se queda allá.
sábado, 2 de junio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Es una mierda cuando el amor se va 'on. A todos les ha pasado alguna vez, sólo queda sobarse con disimulo.
Te felicito...estas en buen camino como yo pues...hehe...te dejo mi pagina web tambien...www.fercomounpoema.blogspot.com
Publicar un comentario